Edson Aparecido da Silva, secretário-executivo, e Ricardo Moretti representaram o ONDAS no IX Encuentro Nacional de Acuedutos Comunitarios, realizado no município de Popayán, Cauca – Colômbia, de 22 a 24 de setembro. Publicamos a seguir o discurso que Javier Márquez Valderrama, um dos líderes do movimento, pronunciou na abertura do evento.
Por el reconocimiento y el fortalecimiento de miles de comunidades organizadas de los campos y ciudades de Colombia que mediante la gestión comunitaria del agua garantizamos su acceso y suministro a millones de personas.
Gracias compas por estar siempre allí confiar en nuestro comité, en la comisión jurídica, en la dinámica activista que desarrollamos cotidianamente por mandato de ustedes.
Convocarnos aquí en Popayán es un reconocimiento al proceso de articulación de las comunidades organizadas de acueductos comunitarios en CORPROCUENCAS y en otros procesos en construcción y del trabajo comprometido desde la Universidad del Cauca y su Grupo de Investigaciones para el Desarrollo Rural (TULL) en su línea de gestión comunitaria del agua y de las apuestas políticas hacia la defensa del agua, las semillas y el territorio, como una trilogía de poder y luchas reivindicatorias desde la educación popular y comunitaria.
La realización del IX Encuentro en Popayán es un empuje a la construcción de la coordinación de los procesos del Suroccidente Colombiano que convergen en la Red Nacional de Acueductos Comunitarios de Colombia que ya realizó su primer encuentro con la presencia de las organizaciones de Nariño, Cauca, Huila y Valle del Cauca.
Saludamos al relator del agua, al profesor y compañero Pedro Arrojo, que nos acompañó el 15 de octubre de 2022 en el Mandato por la Gestión Comunitaria del Agua. El profesor Pedro Arrojo ha sido garante de la presencia de los movimientos por la justicia hídrica en la conferencia del agua de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que no se citaba desde hace 46 años y que tuvo lugar en la a ciudad de Nueva York el pasado mes de marzo en la que los estados miembros de la ONU establecieron acuerdos, aunque voluntarios, es decir, no vinculantes, sobre el agua.
Saludamos a la red VIDA y a la Plataforma de Acuerdos publico Comunitarios de las Américas, a la gente presente del Foro de los pueblos por el agua, participamos en eventos previos y en la propia Conferencia de Naciones Unidas, reivindicando la Gestión Comunitaria del Agua y los asocios público comunitario como formas alternativas a la privatización. La Conferencia acogió la presentación del manifiesto de los pueblos indígenas y el manifiesto de los movimientos del agua que nuestra Red suscribió. Aplaudimos vuestra solidaria presencia.
Agradecemos a la Universidad del Cauca. Señor Rector, DEIBAR RENÉ HURTADO gracias por la cálida acogida en el alma mater del Cauca.
Saludamos la presencia de la ministra CATALINA VELASCO, es la Primera vez que en un encuentro nuestro hace presencia el gobierno nacional y esto es un signo de los tiempos de cambio que vivimos. Nos es grata su presencia, ministra, usted que se sienta con los recicladores populares, la gente que lucha por el derecho a la vivienda y los acueductos comunitarios a construir propuestas, a buscar la verdadera posibilidad de los asocios publico populares que contiene el plan de gobierno. Bienvenida a nuestro encuentro.
Siento mucha alegría, inmensa alegría y emoción al expresar estas palabras de apertura de nuestro encuentro nacional. Me siento en el clímax de una trayectoria de 17 años y más, si contamos las luchas por el agua, la vida y los territorios que nos llevaron a juntarnos en el referendo del agua, esa gran movilización que nos abrió el camino de construcción de la organización que hoy somos. Hemos dedicado con pasión y compromiso nuestras energías a este proceso en defensa del agua y la vida desde el maravilloso mundo de la Gestión Comunitaria del Agua realizada en selvas, desiertos, montañas y llanuras. Hemos logrado recuperar y recrear nuestra propia narrativa y sobreponernos a estas décadas de neoliberalismo que nos quiere borrar imponiendo un ropaje y unas prácticas que nos alejan de lo solidario, lo vecinal, lo comunal. El agua nos da vida, el ciclo hidro social es la vitalización de nuestros territorios, esta alianza con el agua nos da la fuerza, el agua, común por excelencia, nos da la creatividad para la resistencia y la propuesta.
Colombia, una sociedad atravesada por la guerra y múltiples violencias que se explican también en la disputa por el agua y la naturaleza, por la tierra y sus riquezas, debe asumir un cambio radical en la relación con el agua, con la biodiversidad, con la vida. Y que nos reconozcan es básico para lograr ordenar nuestra vida alrededor del agua. Que nos reconozcan en nuestra autonomía. El estado debe garantizar nuestra existencia.
Un cambio que es ya y lo hacemos a diario en la cotidianeidad de nuestras prácticas de conservación y restauración. La pobreza, la migración forzada por las guerras, por esa economía destructiva y letal que es el extractivismo y los megaproyectos, la crisis climática puesta más en evidencia con las catástrofes del presente demuestra el fracaso de los gobiernos y del gobierno mundial. Una época signada por la crisis ambiental y el cambio al que obliga el uso desaforado de la llamada Inteligencia Artificial que cambia a pasos agigantados el ámbito laboral y que puede llevar a más acumulación y despojo, a más pobreza y éxodo, a multiplicar la gente que el capitalismo no necesita, exige un cambio radical y nuestras comunidades organizadas son claves en este proceso.
No queremos ser ignorados, por eso alzamos la voz desde cada terruño y nos articulamos para ser y hacer en red, practicando la democracia que se basa en el consenso, en la juntanza de las autonomías, en todos los ámbitos. En democracia cuidamos de nuestras compañeras y compañeros, de nuestras aguas y nuestras organizaciones.
El déficit de conceptos para nombrarnos se ha dado ante la imposición de esa relación mercado-Estado que ha llevado a romper los vínculos ancestrales con el agua, el aire los bosques, la energía, los suelos como bienes comunes.
A nombre de la libertad, que, para esa ideología neoliberal, es poder hacer lo que les da la gana, nos han despojado y ultrajado y pretendido borrar nuestra propia manera de nombrarnos, de hablar de nosotras. De vecinos y vecinas pasamos a ser clientes y usuarios, nuestra cuota familiar la quieren volver tarifa y nuestras asociaciones empresas, el agua un recurso económico.
Se fue entonces construyendo un pensamiento propio, base de una identidad de una filosofía, una ética, una construcción programática, una ficción jurídica, una política pública en construcción. Mujeres y hombres de oficios distintos, campesinas, campesinos, trabajadoras, trabajadores, estudiantes, docentes, profesionales, todas personas con un lugar que les arraiga al territorio, a la comunidad, gente de veredas y barrios populares, ambientalistas, fuimos construyendo un relato propio que se expresa en fecunda producción que sintetizan los dos proyectos de ley que hemos puesto en el escenario político, elaborados con metodologías activas y participativas y se expresan en un lenguaje propio antropológico, jurídico, ingenieril, sociológico, filosófico y político. Se fundan los dos proyectos de ley en sendas discusiones hechas con rigor y sin los afanes de una coyuntura.
Un primer proyecto de ley que construyó el sueño, la ficción, el modelo ideal de la gestión comunitaria del agua cuando la define en sus 28 artículos. Una propuesta de ley que hemos calificado en el presente como aspiracional e idealista en el sentido de un modelo que se anhela, un deber ser, una idealidad a construir. Podría decirse que es utópica. Este documento es emblemático, es un referente de identidad y recoge el consenso construido en procesos asamblearios, en talleres, en foros, contrastando lo real con el modelo a seguir. Es una construcción colectiva en un actuar y un pensar auto gestionado, en constante reelaboración, que valora la capacidad de cada individualidad de hacer conocimiento, que convoca a la colectividad de la gente trabajadora a construir su propio pensar.
Nuestra praxis ha permitido comprender, interiorizar la esencia del agua, sus atributos y en esta comprensión tener la certeza que sin ella no es posible la vida de cada ser, de cada persona, de la comunidad, del territorio. Una relación ética con el agua funda la democracia, la convivencia, la vida colectiva. Esta experiencia de autogestión del conocimiento se expresa en la Ley, no se agota en ella, gota a gota sigue su fluir. Es la comprensión de que la justicia social, que es justicia hídrica también, se materializa con la voluntad, con la construcción activa del buen vivir. Esta hechura colectiva de nuestra propuesta de ley ha cambiado nuestro modo de pensar, de relacionarnos, de comprendernos en solidariamente en Red.
Este primer proyecto en su exposición de motivos hablamos del origen, que también es definición de lo que somos, contiene en la exposición de motivos y en este articulado una noción de la gestión comunitaria del agua que sigue abierta y en construcción permanente y que recoge sus atributos. En la exposición de motivos hacen un contexto jurídico y político nacional e internacional y define la Gestión Comunitaria del agua en su ideología, su axiología, sus componentes organizativos, jurídicos, políticos, su praxis ambientalista, solidaria, sus dimensiones culturales y sociales. Expresa una rica manera de comprender el derecho humano al agua no solo como un derecho individual sino también colectivo y vindica el derecho a la autogestión comunitaria del agua, que es el mismo derecho existir.
Un segundo proyecto que recogió la experiencia de la discusión con las funcionarias y funcionarios del estado y con personas probas de la academia, de universidades públicas y privadas dedicadas a interpretar, investigar, divulgar y apoyar la gestión comunitaria del agua. Más pragmático y obedeciendo una lógica y diseño jurídico, cuidando su viabilidad constitucional, legal, económica. Recogiendo las lecciones aprendidas en un camino muy singular de litigio estratégico. No fue fácil comprendernos como prestadores comunitarios después de años de negar la palabra prestador en busca de una identidad. Comprendiéndonos en el marco del ordenamiento estatal colombiano e internacional aceptamos que existe la figura de un prestador comunitario de un servicio. Y nos dimos a la tarea de actualizar la propuesta legislativa que centra su atención como bien reza en su objeto que es el artículo 1: Garantizar los mecanismos de protección del derecho a la gestión comunitaria del agua, los aspectos ambientales relacionados y establecer un marco jurídico para las relaciones de las comunidades Organizadas para la Gestión Comunitaria del Agua con el Estado.
Volvimos a recorrer caminos de memoria, a hacer la historia con las abuelas y los abuelos, y así sabernos interdependientes con el agua y el territorio, sabernos solidarias entre nos, sabernos comunidad. Y de la Comunidad caminamos a la organización en la vereda y el barrio y de allí a red y la federación hasta ser una red que quiere estar en todo el territorio de la nación.
En nuestra larga experiencia litigiosa hemos logrado jurisprudencias alrededor del derecho humano al agua y al reconocimiento de nuestras comunidades organizadas, hemos logrado normas, decretos, resoluciones que van abriendo puertas a este reconocimiento. En el plan nacional de desarrollo logramos un artículo que lleva el título de Gestión Comunitaria del Agua.
Es un trabajo de concertación y acuerdo que respeta ámbitos y roles, la experiencia en nuestro continente, ha demostrado que los gobiernos democráticos, populares, progresistas , que coinciden con nuestras agendas populares, por efecto colateral cuando llegan al gobierno, erosionan nuestras redes y movimiento, ya por que necesitan compañeras y compañeros en puestos de ese gobierno o ya por que pretenden cooptar, subordinar, dirigir desconociendo la autonomía de los procesos, los movimientos y las articulaciones. Tenemos que aprovechar el contexto favorable, no puede el gobierno del cambio debilitarnos, al contrario, este momento es propicio para el fortalecimiento y el engrandecimiento de nuestras luchas y logros.
Es el comienzo. Queremos reconocimiento del estado para que no nos atropellen con a la ley en la mano. Sabemos cuáles son a las obligaciones del estado, pero lo público va más allá de del aparato estatal. Lo público tiene esta dimensión de lo comunitario, de lo colectivo, de lo solidario que debe ser reconocido y respetado. Reivindicamos nuestra manera de ser y hacer en el territorio con el agua. Sabemos que es esta una discusión compleja pero la época signada por la crisis climática invita a rediseñar inclusive los estados, las formas de acordar y gobernarnos. Nuestro reconocimiento a través de la ley y las políticas públicas permite avanzar y permanecer, contribuye a nuestra existencia y permanencia. Pero sabemos que lo fundamental es lo que hacemos y somos en cada terruño, en cada barrio, en cada vereda, nuestra certeza está en la asamblea y la organización y desde este lugar, desde el poderoso lugar de la autonomía y la autogestión le hacemos propuestas al estado y encontramos en este gobierno del cambio una escucha sinigual. Quisimos siempre y queremos hacer parte del cambio, queremos contribuir a hacer de Colombia una potencia mundial de la vida. Queremos estar en la primera línea del ordenamiento territorial alrededor del agua sin que ello implique dejar de ser lo que somos. Sin que ello implique que nuestra participación se dé de manera subordinada a partidos e instituciones gubernamentales.
Nuestro proyecto de ley es una propuesta de gobierno. De gobernanza, somos gobierno en nuestros territorios y queremos gobernar nuestras vidas en la libertad de deviene de lo colectivo y lo solidario, queremos ser seres libres y esto solo es posible con el agua liberada. Al gobierno, ministra, le proponemos, le exigimos, le demandamos. Le estamos proponiendo a Colombia que reconozca que existimos, y existimos en nuestra especificidad, en nuestra complejidad en nuestra multidimensionalidad. Somos gente del campo y la ciudad que desde tiempos pretéritos nos hemos juntado en familia y comunidad para cuidar el agua y con ella crecer, hemos hecho vida colectiva, solidaria, minga, convite, hemos hecho territorialidad. Queremos hacer la democracia del agua. Para hacer la democracia del agua hay que hacer la paz con el agua, con la naturaleza, entre nosotros.
Javier Márquez Valderrama
Enviado 18/9/2023